ROTURAS SILLAS

Estos son algunos ejemplos de las roturas más comunes en asientos. Para comprobar la estabilidad de una silla lo mejor es mirar si están firmes los ensambles entre asiento y respaldo (agarrando con una mano el respaldo y con la otra el asiento); de no ser así habría que encolar de nuevo las espigas a la estructura.

Algunas veces el desgaste producido por el balanceo de las patas desencoladas, hace que las uniones no sean perfectas, que se pierda el ángulo correcto entre asiento y respaldo o que falte material en la unión. Para asegurar la posición del encolado fabricamos unas escuadras adaptadas a cada esquina, que reforzaremos con tornillos (posición dibujada a lápiz); de este modo la unión quedará muy sólida.

Lo mejor es usar un fleje de cuatro esquinas porque se hace presión por igual en todas las uniones, pero también se puede hacer con dos pares de gatos de apriete.

Esta silla con respaldo de medallón presenta una grieta al hilo por la unión más débil. No basta con encolar, hay que reforzar con espigas para que pueda soportar la presión de la espalda. Tras destapizar lo necesario y proteger la tapicería, limpiamos las uniones con bisturí y alcohol y fijamos con gatos la posición exacta de la unión para poder hacer los orificios donde irán las espigas.

Una vez terminado, soltamos los gatos y encolamos las espigas. Es importante al hacer el orificio comprobar que llegue a taladrar ambas piezas, en este caso hemos fabricado la espiga en el taller, porque necesitábamos un largo mayor del habitual.

Al retirar los gatos ya solo nos queda entonar la cabeza de la espiga con el resto de la silla y encerar.

Este es otro ejemplo de rotura de la pala del respaldo en tres trozos. comprobamos que ha sufrido varias restauraciones al ver restos de distintos pegamentos, yesos e incluso siliconas.

Mi compañera Edyta me ayudó a realizar la tediosa tarea a bisturí, con sumo cuidado para no quitar parte de la madera.. Es muy importante dejarla completamente libre de colas y pegamentos.

Vemos restos de yeso y el hueco en el que debería ir la espiga original.

Restos de cola de contacto en la posición de la otra espiga del respaldo.

Aqui vemos la rotura en planta. Los tres puntos a encolar serían la unión al asiento, brazo lateral derecho e izquierdo. En ambos brazos decidimos mi compañera Esther y yo, poner espigas en diagonal para reforzar ambas uniones, entonar el conjunto y barnizar a muñequilla. Este fue el resultado.

Por último vemos el caso de las patas traseras de una silla, cuya rotura es transversal en una de las patas (casi siempre traseras por el hábito de balancearse para atrás), en el que no tenemos más remedio que volver a encolar utilizando dos espigas cruzadas para contrarrestar el peso que tiene que soportar.

La línea de rotura que aparece  en la imágen superior, una vez unidas las dos partes, taladramos con broca de madera en direcciones opuestas.

Aún estamos trabajando en esta silla mis compañeras Maria Jesús y Mariluz, tenía la rejilla rota y el tapizado desfondado. El acabado va en blanco desgastado, de modo que no podemos poneros el resultado final!

Espero que alguno de estos ejemplos sean parecidos a las roturas que podais tener en vuestras sillas, pero si no es así y teneis un caso aún más peliagudo hacernos una foto y lo estudiaremos.